Los alóbroges fueron una belicosa tribu celta de la Galia ubicados entre el río Ródano y el lago Ginebra. Su principal ciudad era Vienna ( actual Vienne ). El año 121 d.C. fueron sometidos por los romanos y su territorio quedó incorporado a la Galia Transalpina.
Roma les declaró la guerra y marcharon contra ellos. El 8 de agosto del año 121 a. C. las legiones de Quinto Fabio Máximo los derrotó y los forzó a someterse.
Los alóbroges además tuvieron un papel bastante importante al decidir frustrar la del año 63 a. C., un intento de fomentar la guerra civil por toda Italia y al mismo tiempo quemar Roma. Era una trama para ostraquizar a las élites romanas de la alta política y los plebeyos militares relacionados con su causa. Los conspiradores cometieron el error de intentar reclutar a los alóbroges a través de sus embajadores, que estaban en Roma mientras se tramaba la conspiración. Puesto que la delegación alóbroge se encontraba en Roma buscando alivio de la opresión de su gobernador romano, uno de los conspiradores de Catilina, Léntulo Sura ordenó a Publio Umbreno, un hombre de negocios con tratos en la Galia, que les ofreciera liberarlos de sus desgracias, esto es, del opresivo yugo de su gobernador, si se unían a la conspiración de Catilina contra Roma. La conspiración fue revelada a los alóbroges, pero sus legados informaron al entonces cónsul, Cicerón. Este ordenó a los delegados alóbroges que obtuvieran pruebas tangibles de la conspiración. Pensando que estaban ganando aliados, cinco de los principales conspiradores escribieron cartas a los alóbroges de manera que los enviados pudieran enseñar a su pueblo que había esperanza en una auténtica conspiración. Sin embargo, estas cartas fueron interceptadas en lugar de ir a la Galia. Entonces Cicerón hizo que se leyeran las cartas incriminatorias en el Senado al día siguiente, en la primera de sus Catilinarias. Al malograrse de esta manera la conjura, no pudo funcionar correctamente su intrincado plan, y sus cabecillas fueron acorralados bastante rápidamente o se sacrificaron ellos mismos principalmente en batallas campales mal preparadas que tuvieron lugar alrededor de Roma.
A pesar de su lealtad en dicho episodio, se rebelaron poco después por sí mismos. En el año 61 a. C.su jefe Catugnato se rebeló pero Gayo Pomptino los derrotó en Solonium. Luego, de nuevo leales, los guerreros alóbroges se unieron a Julio César durante la conquista de la Galia.[
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